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Si quieres gobernar un país y ayudar a tus ciudadanos, ni siquiera te importa tu propia reputación. No dejas que los demás sepan que eres honesto y recto. No hace falta que los demás sepan que eres sabio. No hace falta que los demás sepan que tienes talento para traer la paz al país y gobernar el mundo. No hace falta. No hace falta. Simplemente hazlo tú mismo. No necesitas hablar ni dar explicaciones. Y no hace falta presumir. Entonces a veces puedes gobernar incluso mejor. […]
