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Para convertirnos realmente en un Santo, tenemos que ser perfectos en todos los aspectos, no solo en un aspecto en particular. Si solo somos magnánimos, pero nunca criticamos, entonces ¡tampoco es bueno! por ejemplo, si a veces cuando deberías criticar y educar a las personas, los alabas en su lugar, solo los echas a perder y arruinas su habilidad de juicio en la práctica espiritual. Es por eso que yo digo: “Uno debe estar equilibrado en Yin (Negativo) y Yang (Positivo) para convertirse en un Santo”.No podemos alcanzar el Cielo en un escalón. Es lo mismo para nuestros practicantes espirituales. Siempre y cuando practiquemos diligentemente todos los días, cuando llegue el momento, obtendremos los resultados de forma natural. Es igual que criar a nuestros niños: Siempre y cuando los cuidemos bien todos los días, ellos crecerán por sí mismos.Solo continúen practicando diligentemente y no se apeguen a los resultados. Algunos compañeros iniciados me dijeron que no habían visto ninguna visión en su meditación. Les dije que no servía de nada ver visiones. Si nuestra mente está más estable, si nos sentimos más seguros, si tenemos fe y felicidad, y si sentimos la protección del poder de Dios, entonces ya hemos tenido las más valiosas experiencias.He escuchado que la risa es buena medicina que puede curar cualquier enfermedad. Hay un dicho chino que dice: “Uno debería reír efusivamente tres veces al día”. Entonces, ¿cuántas veces nos hemos reído hoy? ¿Demasiadas veces para contarlas? Con razón algunas personas me acusan de no ser lo suficientemente seria. Ellos dicen que en lugar de profundizar sobre las sagradas escrituras, cuento chistes todo el tiempo. Esto es porque somos especializada en chistes. Entonces, si alguien les pregunta, solo díganles que pertenecemos a la “¡Religión de la Risa!”Si un Buda es miserable, entonces él es un Buda miserable. Él es inservible. ¿De qué sirve convertirse en un Buda si él ni siquiera puede reírse? En el Occidente, también hay un dicho que dice: “Un Santo que es miserable, es un Santo miserable”. Por ende, podemos decir cuán alto es nuestro nivel al mirar cuánto reímos a diario. Podemos medir nuestro nivel por nuestra risa y no tenemos que esperar para descubrirlo después de comenzar a practicar el Método Quan Yin con un Maestro. Aquellos que no pueden reírse son Santos miserables. Ellos son demasiado serios. No son los suficientemente abiertos. Si no tenemos un corazón abierto y una actitud tolerante, ¿De qué sirve convertirse en un Buda?Mientras más practicamos, más relajados estamos. No tenemos ningún sentimiento de culpabilidad. Nada nos ata y ningún concepto preconcebido puede oprimirnos. Nos tornamos muy expansivos, como el aire, como el océano. No estamos limitados por ningún prejuicio o atados por ninguna tradición o costumbres. Nuestros corazones se abren totalmente. Es por eso que es fácil para nosotros reír. Podemos reír incluso si no hay razón para reírse porque estamos muy felices internamente.